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viernes, 22 de julio de 2011

Puedo afirmar que muchos de los casos que padecen problemas psiquicos tienen su origen en practicas esotericas ...

Como psicologa catolica puedo afirmar que muchos casos que han llegado al consultorio por problemas de adicciones, depresion , ataques de panico en el discernimiento de la historia personal, y social del paciente, tenian su origen en practicas esotericas,alquimias, influencias del espiritismo, practicas del tarot y otros canales que abrieron las puertas al misterio de la iniquidad .

Algunos casos han superado por completo sus estados severos gracias a la intervencion sanadora de Cristo. La terapia acompañada por la oracion, y la reconciliacion del alma con Dios obra la maravilla que solo Dios puede dar. La paz y la unificacion interna.

La eutanasia

Rudolf Allers, psiquiatra y filósofo católico 1883

, nació en Viena en 1883. Su padre era físico, pero con intereses humanistas. Estudió medicina en la Universidad de Viena, donde asistió a las últimas lecciones dictadas por Sigmund Freud. Hacia éste y el psicoanálisis mantuvo siempre una actitud radicalmente crítica. Una vez doctorado, en 1906, combinó la práctica de médico clínico con estudios bioquímicos de laboratorio. De este modo, comenzó a interesarse por la neurología, y realizó importantes investigaciones sobre la percepción sensorial. Finalmente, se especializó en psiquiatría (1908), y trabajó como asistente de Kraepelin, uno de los pilares de la moderna psicopatología. Ejerció su profesión y su labor investigativa en las Universidades de Praga y Munich.



En 1908, contrajo matrimonio con Carola Meitner, hermana de la Dra. Lisa Meitner, que estudió con Otto Hahn la fisión atómica. La Sra. Allers era también una persona con profundos intereses intelectuales y espirituales, y su casa fue centro de encuentros con importantes figuras de la cultura de la época. Ya en 1913, Allers era instructor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Munich, actividad que se vio interrumpida en 1914 al comenzar la Primera Guerra Mundial. Durante el conflicto bélico, sirvió como médico en la Armada de Austria, y escribió su primer obra, sobre un tema estrictamente médico: la cura de las heridas de bala.



En el período de posguerra, Allers se convirtió en discípulo de Alfred Adler, médico y psicólogo vienés, inicialmente colaborador de Freud del que se separó en 1912, a causa del dogmatismo extremo del creador del psicoanálisis y del pansexualismo que en esa época sostenía. En la década que va de 1918 a 1938, Allers trabajó en la Escuela de Medicina de la Universidad de Viena, primero en el departamento de psicología de la sensación y psicología médica, y, a partir de 1927, en el departamento de psiquiatría.



Hacia 1925, se había formado dentro de la escuela de Adler un subgrupo, consciente de la necesidad de fundamentación filosófica de la psicología, y descontento con la poca apertura de Adler a una visión antropológica integral, abierta a la trascendencia e incluso a una perspectiva religiosa en psicoterapia. Los puntos de referencia de movimiento, que algunos llamarían “tercera escuela de psicoterapia vienesa”, eran el mismo Rudolf Allers y su amigo Oswald Schwarz. Entre los psicoanalistas, además, Allers contaba con la amistad de Paul Schilder. En 1927, tras una acalorada discusión, se produjo la ruptura de este círculo con Adler. Allers abandonó la Asociación de Psicología Individual (creada por Adler), acompañado de Schwarz y el joven Viktor E. Frankl, discípulo de ambos. Simpatizante de este grupo, pero sin romper con Adler, fue Oliver Brachfeld, que luego difundió el adlerismo en España y América Latina.



Consciente de la necesidad de profundizar sus conocimientos filosóficos, y por sugerencia de su amigo Fray Agostino Gemelli O.F.M, se trasladó a Milán, y se doctoró en filosofía en la Universidad Católica del Sacro Cuore (1934). Aquí aprendió la filosofía neoescolástica que se enseñaba en la época, y se aficionó al pensamiento de santo Tomás, autor al que ya antes leía, y cuyo De ente et essentia tradujo al alemán, como también las obras de san Anselmo. Otra influencia importante, desde el punto de vista filosófico fue la de la fenomenología, en particular de Max Scheler. Compartió además con Edith Stein, que frecuentó su casa y trabó amistad con la familia Allers, el interés por una relación viva del tomismo con las temáticas del pensamiento contemporáneo. Allers tradujo al inglés un artículo de la santa carmelita sobre el conocimiento de Dios, y ella, por su parte, en varias partes de sus obras recomendó las teorías de Allers en campo caracterológico.[2]



Antes de que se desatara la Segunda Guerra Mundial, en 1938, el psiquiatra americano Francis Braceland, que lo había conocido en 1934, lo invitó a enseñar en la Catholic University of America (Washington D.C.). Convencido finalmente por Fray Ignatius Smith O.P., Allers se instaló con su familia en los Estados Unidos. Allí comenzó a dictar clases de psicología en la Escuela de Filosofía de aquella Universidad. Luego de enseñar allí durante una década, se trasladó en 1948 a la Georgetown University como profesor de filosofía. De aquí en adelante, Allers se apartaría de la práctica psicoterapéutica, dedicando los últimos años de su vida al estudio y la enseñanza de la filosofía. En 1957 fue nombrado profesor emérito. En 1960 la American Catholic Association lo premió con la Cardinal Spellman-Aquinas Medal, en reconocimiento por su incansable labor como intelectual católico (este premio lo recibieron figuras de la talla de Maritain y Gilson). Finalmente, Allers dejó este mundo el 18 de Diciembre de 1963.



Nuestro autor ha escrito muchísimo. En la Georgetown University hay un fondo dedicado a sus obras, aunque todavía no se ha hecho una publicación completa de sus escritos. Entre sus libros más importantes se cuentan: La evolución de la persona moral[3], El error exitoso[4], Pedagogía sexual[5], etc. Por otro lado, escribió innumerables artículos sobre temas de psicología y filosofía, en alemán, francés e inglés. Colaboró en revistas como Jahrbuch für psychologie und psychotherapie, Études Carmélitaines, The Thomist, The new Scholastism, Franciscan Studies, The Homiletic and Pastoral Review, etc.

A pesar de la indiscutible carrera académica y psicoterapéutica de nuestro autor, los estudios dedicados a su pensamiento son escasísimos, y de carácter general.

Confesion de fe de grandes cientificos